lunes, 28 de diciembre de 2015

Corrupción, un problema que urge solucionar

Corrupción, un problema que urge solucionar.-Diario El Comercio.-Lunes 28 de Diciembre del 2015.-15:00.- Elida Vega.-El año que se va quedará en el recuerdo por un sinnúmero de casos que empañaron el desempeño de empresas e instituciones.
El principal costo de la corrupción no es lo robado, sino su impacto en la
 inversión y el acceso a servicios públicos (Foto: Archivo)
Sea porque se acepta el pago de una coima o porque se violan normas para seguir el camino más fácil ante la consecución de un objetivo, la corrupción se ha convertido –qué duda cabe– en uno de los problemas más serios del país. Y es que en los últimos años –como dice Jorge Medina, presidente de Proética– la cultura de la transgresión se ha agravado a tal punto que, la falta de transparencia, el exceso de regulación y trámites, la informalidad y la fragilidad de nuestras instituciones han generado el marco perfecto para que reine la impunidad. De ahí a que, en la última Encuesta Nacional sobre Percepciones de la Corrupción en el Perú, el 53% de peruanos piense que esta seguirá incrementándose en los próximos cinco años. Y, aunque de lejos, en este mismo estudio, la corrupción es considerada como el principal problema que afecta al Estado Peruano, las empresas no están exentas. Así, un 56% considera que los empresarios son víctimas de la corrupción, pero un 75% los califica de ‘cómplices’ de la misma.
UN AÑO MOVIDO. 
Casos como el del aún prófugo Lelio Balarezo, ex presidente de Capeco, sentenciado a cinco años de prisión efectiva por haber cometido fraude tributario; o la reciente denuncia que involucraría a Minera IRL con el pago de sobornos para que se apruebe su estudio de impacto ambiental, se convierten en una muestra de cómo empresarios y empresas no son ajenos a este tema. Mientras que a nivel internacional, lo sucedido con Lava Jato (la más grande investigación contra la corrupción en la historia de Brasil) y la FIFA (red de corrupción y sobornos que llegó hasta el Perú), clarifican el alcance que puede llegar a tener este flagelo.

Frente a casos tan sonados como estos, Beatriz Boza, socia de Gobernanza y Sostenibilidad Corporativa de EY Perú, considera que la corrupción se ha sofisticado y sigue vigente debido a que “tenemos un marco institucional tan débil que permite que la ley se le aplique a unos pocos y no a todos, donde ‘Pepe, el vivo’ gana”. Para evitar que se siga enraizando, la experta sostiene que la lucha contra la corrupción se ha convertido en un desafío que supone liderazgo. Urge, además, un marco institucional que facilite la labor de quienes hacen bien las cosas pues, sostiene, que hacer negocios en el Perú no es sencillo. La sobrerregulación se convierte en un factor que alienta el pago de coimas o sobornos, aunque, claro está, no la justifica. “De alguna manera, la corrupción ata las capacidades de la empresa, ya sea porque tuviste que coimear para ganar una licitación o porque concertaste para competir en el Estado. Ambas prácticas, restrictivas de la competencia, le quitan a la actividad económica la posibilidad de seguir innovando o fortaleciéndose, por lo que siguen existiendo incidentes de mala práctica en el Perú y en el extranjero”, afirma.
LA SOCIEDAD CIVIL. Para evitar que la corrupción se siga institucionalizando y, ad portas de las elecciones presidenciales, Jorge Medina refiere que la solución para luchar contra ella está en la sociedad civil. “La sociedad civil debe ser la encargada de canalizar la fuerza de la juventud, de los sectores emergentes y del resto de las familias peruanas para combatir la corrupción, que se ha convertido en la principal causa de la pobreza. Necesitamos cambiar y mejorar nuestras instituciones, pero como el Congreso no tiene incentivos para hacerlo, la sociedad civil debe alzar su voz para castigar a los corruptos”, anota. Y, mientras el presidente de Proética considera que “los líderes políticos están en la obligación de dar señales de que van a superar las amenazas que supone la corrupción”, la representante de EY sostiene que , “el desafío está en generar un marco institucional facilite la labor de quienes hacen bien las cosas”. Con ello se evitaría –añade– que los costos de la corrupción, que hoy oscilan entre 5% y 10% de nuestro PBI, se incrementen. Así las cosas, tanto Medina como Boza coinciden en afirmar que la lucha contra la corrupción deberá formar parte de la agenda de quien resulte elegido presidente del Perú el próximo año.

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