LA ÉTICA Y LA PRIORIDAD DEL INTERÉS SOCIAL
El capitalismo y sus formas...Por: Francisco Miró Quesada Director
El capitalismo, a lo largo de su evolución, ha pasado por diversas etapas. Por eso los historiadores de la economía hablan de múltiples formas. Así, por ejemplo, el mercantilismo, la más antigua concentración de la riqueza en el Estado monárquico absoluto. Un ejemplo de este caso son los reinos de Carlos V, Francisco I e Isabel II.A partir del siglo XIX, sobre todo durante la segunda mitad, surgió el capitalismo industrial, consecuencia de la denominada revolución industrial, en el que la máquina es el factor esencial de la producción. En el fondo es el inicio de la robótica, porque las máquinas, un auto por ejemplo, es un robot.
Por los años 70 del siglo XX se empezó hablar del capitalismo posindustrial tecnológico, desarrollado y potente, llamado a una distribución equitativa de la riqueza. Ahora se habla del capitalismo globalizado, que consiste en la universalización de las creencias, valores y prácticas capitalistas. El capitalismo se ha mundializado.
Pero existe otra clasificación que, además de ser científica, tiene importantes connotaciones éticas: El capitalismo salvaje del siglo XIX, donde no existían leyes sociales, ni beneficios laborales, ni nada de los derechos del trabajador que hoy se conocen. Los trabajadores eran como esclavos, como unas piezas más del engranaje productivo. Este fue el capitalismo que vio Marx, muchos dicen que él fue el inventor de la palabra. “Evidentemente, señala Marx, el trabajo produce maravillas para los ricos, pero produce privaciones y penurias para los obreros. Produce palacios pero arroja a los obreros en tugurios. Produce belleza, pero tulle y deforma a los obreros. Sustituye el trabajo por máquinas, pero condena a una parte de los obreros a integrarse a un trabajo propio de bárbaros y convierte en máquinas a la otra parte. Produce espíritu, pero produce estupidez y cretinismo para los obreros”. Tal fue ese capitalismo decimonónico.
Tanta explotación e inhumanidad tenía que cambiar, porque el dolor humano tiene un límite y contra él nos rebelamos. Por eso surgió el capitalismo legal y regulado en función del interés social y dando leyes para proteger y mejorar la condición humana de los trabajadores. El ejemplo emblemático es la famosa ley de las ocho horas. Se debe reconocer que el capitalismo tiene una gran plasticidad estructural y que a lo largo de la historia se viene reinventando varias veces.
El capitalismo, o mejor dicho algunos capitalistas, niegan sus valores y las normas cuando abusan y hacen pingües negocios. Es el capitalismo depredador, término creado por el antropólogo francés Henry Favre, cuando viola la ley y los principios éticos en las relaciones económicas. Es depredador porque daña gravemente la confianza en las transacciones económicas, afecta el progreso de los pueblos y causa estragos en el medio ambiente.
Pero la historia no termina aquí. En el marco de la globalización ha surgido una nueva modalidad de capitalismo, que el lingüista Noam Chomsky denomina “capitalismo doble filo”. Es muy simple, consiste en la combinación de dos conceptos, pero con un solo fin: protección estatal y subsidio público para los ricos, pero se presenta y se manifiesta partidario del libre mercado.
Por eso, la historia enseña, y por la salud ética de la sociedad en el Perú debe promoverse un sistema económico que se ajuste a la ley y al equilibrio entre el interés individual con el social.
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