Punto de vista: PETROQUÍMICA ¡Compartir y no dividir!.-Diario La República.-Lunes, 26 de enero de 2015.-4:30 am.-César Caro Jiménez.-Especialista.-.Hay palabras y conceptos, que en el campo de la política muchas veces toman un carácter mágico. Una de ellas es trabajo y el ofrecimiento demagógico que hacen de él los gobiernos de turno. Por ello, cuando algunos personajes al emitir “sesudas opiniones”sobre la petroquímica, anteponen a las mismas que está en riesgo la posibilidad de crear en nuestra región miles de puestos de trabajo, toda posición equilibrada pasa a segundo plano, creyendo más en los espejismos que en el mundo real.
Y si bien es cierto que hace tres o cuatro décadas, la petroquímica al igual que otras industrias generaban una importante cantidad de puestos de trabajo, hoy en día no ocurre lo mismo, gracias o por culpa de la tecnología, a tal punto que por ejemplo en el caso de ORICA, que planteaba invertir alrededor de 500 millones de dólares americanos, para producir explosivos, en la etapa de producción solo necesitaría un máximo de 125 puestos directos. Y podría citar otros tantos ejemplos, que demuestran que el factor mano de obra ha disminuido sustancialmente su importancia en el proceso productivo. Es falso entonces que la petroquímica vaya a generar miles de puestos de trabajo. Asimismo, cabría preguntarse teniendo en cuenta que la construcción del gasoducto demandará no menos de cuatro años y la petroquímica quizás un lapso igual, horizonte en el cual ninguna de las autoridades actuales estarán en el poder, el porqué del repentino interés del actual ministro de Energía y Minas en poner en el escenario el debate sobre la petroquímica, que ha creado problemas entre pueblos hermanos. No será que en el fondo, con el caramelo de la industria petroquímica, quiere conseguir apoyo sin cortapisas para Tía María, como claro ejemplo de que Islay no es reacia a la inversión y por consiguiente a una futura industria en base al metano. Y conste, que quien escribe esta nota, no es reacio al proyecto minero, siempre y cuando se proteja el medio ambiente y se favorezca al entorno social, tanto como al inversionista. Ya es hora de acabar con los mitos y enfrentar la realidad. Y ello pasa por lograr que se debata sin apasionamiento y con frío criterio técnico-económico sobre la petroquímica y todas sus aristas: qué hay en cuanto al poliducto que es básico; sobre los riesgos ambientales que podría generar; sobre el impacto del shale gas y de las nuevas petroquímicas que se están construyendo en EE.UU., que ha obligado a que muchas industrias del ramo de Europa hayan cerrado sus puertas (recordemos que hace algunos años el entonces ministro Jorge Merino señaló que el país debería acelerar la construcción del polo petroquímico de Ilo ante la posibilidad de que con los precios baratos del gas natural, en Estados Unidos se construya una petroquímica en ese país que abastezca a los países que dan hacia el Océano Pacífico. “Esto haría que el proyecto peruano se frustre en forma definitiva, precisando que “el shale gas es una amenaza en el plazo cercano para otros proyectos petroquímicos; nosotros como país tenemos que correr y poner la primera planta de etano en el Pacífico”). Y para finalizar, no olvidemos que ni el Estado Central, ni los gobiernos regionales, ni los municipios están en condiciones de obligar a situarse en determinado lugar a la empresa privada, en cuya decisión prima el análisis costo-beneficio en función del mercado y las tasas de retorno de su inversión, teniendo presente además aquellos versos de José Hernández: “Los hermanos sean unidos. / Porque esa es la ley primera / Tengan unión verdadera / En cualquier tiempo que sea / Porque si entre ellos pelean / Los devoran los de afuera”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario