Puestos de vigilancia policial en la frontera son vergüenza nacional.-Diario Correo de Tacna.-28 de agosto de 2011-08:00 a.m.- Tacna - (Julio Chatta) Los puestos de vigilancia de la PNP ubicados cerca de la frontera con Chile y Bolivia son para llorar. Los suboficiales de la Policía que son enviados a esos lugares para cumplir su servicio afrontan una triste realidad. Tienen que sobrevivir en locales que se caen a pedazos, con carencias de los servicios básicos y sin la logística necesaria para cumplir su importante misión. Al parecer, son víctimas de la indiferencia o dejadez de sus jefes que integran el comando policial de Tacna, a quienes poco les importa la condición de sus subalternos y menos el orgullo nacional. De otra forma no se explicarían las débiles gestiones que habrían hecho ante las autoridades regionales y del Gobierno Central para mejorar dichas sedes policiales. En la región de Tacna existen diez puestos de vigilancia (PV) fronterizos en la costa y en la sierra. Entrevistamos a policías que alguna vez han estado destacados en ellos y el comentario generalizado es que son un desastre.Los que estuvieron en los PV en la zona andina coincidieron en señalar que fueron enviados allí como un "castigo", en algunos casos porque se atrevieron a reclamar algún derecho vulnerado, y en otros por estar comprometidos en un hecho irregular.
PARA LLORAR El P.V. Titijahuani ha colapsado desde hace seis años. Su estructura, de madera machimbrada, fue debilitada por los fuertes vientos. "Ese local policial estaba sobre un pequeño cerro, parte de las paredes y techos fueron arrancados. Ahora los policías que hacen servicio ahí tienen que pagar 80 nuevos soles al mes por el alquiler de un inmueble particular en el anexo de Kallapuma, que está a unos dos kilómetros, donde actualmente funciona el (nuevo) P.V. Titijahuani. En un solo ambiente funciona el dormitorio de los policías, la central de radiotransmisión y el calabozo. ¿La cocina?, está en una pequeña choza. ¿El baño? "Tenemos que hacer nuestras necesidades fisiológicas en la pampa", cuenta un policía. Otro efectivo, que hasta hace poco laboró en ese lugar, recuerda que para llegar a cumplir su servicio sufría por el intenso frío. Contó que dormía con varias prendas encima de su uniforme, pues las frazadas que alguna vez le dio la institución parecían sábanas de tanto uso. Además, para llegar a la zona tenía que realizar una travesía de nueve horas por terrenos accidentados, pagando 15 nuevos soles al conductor de un camión de carga. "Para retornar a la ciudad son otros 15 soles y todos los gastos corren por nuestra cuenta. A veces, al quedarnos sin combustible para preparar la comida, teníamos que suplicar a los transportistas que van a la feria de El Tripartito los sábados para que nos hicieran el favor de comprar un balón de gas boliviano, que nos lo dejaban a su regreso al detenerse en la improvisada tranquera de palo pintado en blanco y negro que está en el puesto", comentó. El P.V. Collpa, que se encuentra a 185 kilómetros de la ciudad de Tacna, es otro que está inhabitable. En su reemplazo los custodios ocupan un ambiente de barro y calaminas cedido por la Intendencia de Aduana, que por las fuertes lluvias y los vientos, sumado a la falta de mantenimiento, podría también colapsar en uno o dos años. "Estamos en un lugar desolado; allí solo tenemos luz natural hasta cuando se oculta el sol", manifiesta un suboficial PNP, que tiene 18 años de servicio en su institución. El P.V. Francisco Bolognesi, que está cerca del Océano Pacífico y a 200 metros de la línea de frontera con Chile, también presenta un panorama lamentable, pese a que los policías de ese puesto tienen a su cargo el control del hito Nº 1, donde hace unos años se produjeron protestas patrióticas y acaparó la atención nacional, incluso con la presencia de un congresista. Los entrevistados señalaron que en el mes de junio de 2009 el entonces presidente regional de Tacna, Hugo Ordóñez Salazar, anunció la construcción de un moderno puesto de vigilancia fronterizo con todos los servicios elementales para el personal, pero todo quedó en promesas. "Existe un proyecto para la construcción de un nuevo P.V., pero ni el Ministerio del Interior ni el GRT inician su construcción. El puesto lleva el nombre de un héroe nacional, pero no tiene servicios de agua ni desagüe", indicó un suboficial PNP.
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